sábado, 21 de septiembre de 2013

Museo de Artes y Costumbres Populares (Sevilla)

Un recorrido por su interior, donde cabe destacar sus muestras de talleres tradicionales y una vivienda completa con todas sus habitaciones, además de objetos antiguos que me hacen sentir como en casa, ya que tengo muchos de ellos, herencia de mi familia.



Patio interior

Detalle azulejos


Artesonado del techo de la entrada.
Más detalles en la: Web del museo


Maqueta y lámina de la Giralda de Sevilla


Arqueta mudéjar:
Esta pequeña pieza de mobiliario en forma de caja rectangular y con dos asas laterales, está provista en su interior de tres estructuras rectangulares de menor tamaño, sujetas a las paredes laterales y trasera mediante bisagras que, a su vez, alojan un total de catorce cajones pequeños, algunos de ellos con iniciales pintadas en la parte superior (D, M, B, O, L, N, G, etc.), lo cual podría avalar su uso como arca de boticario ya que las letras podrían indicar las drogas que contenía cada cajón. 

1450-1500
Toledo.
Mientras que las de mayor tamaño se destinaban al almacenaje en la casa, las de menores dimensiones, como ésta, estaban destinadas a ser transportadas y usadas como contadores de viaje o maletín de farmacéutico. 

Brasero antiguo, en casa tengo uno similar.
 

Colección de juguetes antiguos:
Colecciones de juguetes de Carmen Contreras, a quien conozco personalmente y también su gran colección de muñecas antiguas y juguetes, incluso hice una donación hace tiempo a su museo de una lámpara de cristal para casa de muñecas. 
Recuerdo haber jugado con alguno de ellos, porque eran de mi madre, el rompecabezas de Blancanieves, el mecano... Tengo un muñeco muy antiguo de porcelana en mi casa.




Esta es una máquina de coser, con manivela, a diferencia de las más habituales que son a pedal, esta va a mano, yo tengo ambas en mi casa. Eran de mi abuela materna.
Planchas de hierro, yo las uso de pisa-papeles o sujeta-libros, ya que pesan bastante.



La cerámica me encanta en todas sus formas, azulejos, jarrones, albarelos, platos... 
El museo posee la colección de Cerámica Popular Andaluza más completa de toda Europa, junto a la que conserva el Museo de Hamburgo.




Albarelos farmacéuticos, contenedores de drogas. Su origen es árabe. Se distinguen por su particular forma cilíndrica con estrechamiento en el centro.





 







Arriba: Almirez (palabra árabe) o morteros, intrumentos muy farmacéuticos, también utilizados en labores culinarias. 



Colección de armas:


Estas espadas me encantan y me ha llamado la atención su empuñadura tan trabajada. 


Espada ropera con guarnición de lazo, provista de dos placas de reducido tamaño, gavilanes rectos formando cruz, hoja ancha y acanalada en su primer séptimo. En el primer cuarto de la hoja aparece grabad "IL SCACCHI". Con la transformación de la espada, la esgrima pasó de depender fundamentalmente de la fuerza del brazo, a basarse en la destreza. La espada utilizada a diario se hizo más manejable, al poseer una hoja más estrecha, y fue conocida en España con el nombre de "espada ropera" (la "rapiere" francesa). Durante el siglo XVI, un brazo del arriaz (puño) se curva dirigiéndose hacia el pomo formando el guardamano, y poco a poco las guardas de mano se multiplican dando un aspecto de lacería a la guarnición, debido a lo cual estas espadas se conocen con el nombre de espada de lazo, propias de finales de siglo.



También dieron fruto una serie de trabajos de campo que se habían ido desarrollando para acopiar fondos, produciéndose una serie de donaciones en cadena: el taller de tonelería donado por Claudio Bernal, el último tonelero de Sevilla, recogido por la investigadora Carmen Ortiz; el taller del constructor de guitarras Francisco Barba, que había documentado Andrés Carretero; el taller del maestro Filigrana, constructor de palillos ya fallecido; o el taller de dorador que previamente había documentado en sus investigaciones Esther Fernández de Paz. Actualmente se exponen ocho talleres.

El ingreso de mayor envergadura procede de una donación particular que se produce el año 1979: el legado Díaz Velázquez. Se trata de una de las mejores colecciones de bordados y encajes conocidas en Europa. Por sí misma podría constituir un museo monográfico independiente, con sus casi 6.000 piezas.


Cuando lo tenga realizado pondré las fotografías de mi museo particular, algunas de cuyas piezas son muy similares a las aquí mostradas.


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