sábado, 16 de noviembre de 2013

Cementerio de San Fernando (Sevilla)

Hoy he acompañado a una amiga al cementerio y me he llevado la cámara... resulta que cuando salía de allí me dicen que está prohibido hacer fotos... no entiendo muy bien porque, dicen que la gente se puede molestar, si aparecen los nombres en Internet .. yo suelo ser muy respetuosa con ello, solo había tomado fotografías de los monumentos y esculturas.


Se inauguró en el año 1852 como respuesta a las necesidades de concentrar los enterramientos en un solo lugar y no sólo en las iglesias y cementerios provisionales, ya copados en el siglo XVIII a causa del crecimiento demográfico y las periódicas epidemias que azotaban a la población.
Los primeros cementerios provisionales que hubo en Sevilla fueron el del Prado de San Sebastián; el Cementerio de los Pobres; el Cementerio de los Canónigos o Eclesiástico y, finalmente el Cementerio de San José, en Triana.


Está formado por vías principales donde se encuentran las tumbas, mausoleos o monumentos funerarios de toreros, cantaores y cantaoras, así como otras de interés que son exponente del barroquismo y la espectacularidad que pueblan las costumbres de Sevilla, como la Semana Santa. Además, cuenta con numerosas calles periféricas.
Todo el recinto está ajardinado mediante alineaciones de cipreses, el árbol fúnebre por excelencia. Asimismo se pueden ver palmeras, que simbolizan el triunfo de la vida y la eternidad; cedros, tuyas, laureles o romeros.

Entre las obras de arte más destacadas del Campo Santo se encuentran el Panteón de Joselito "el Gallo", obra del escultor Mariano Benlliure realizada en bronce y mármol y que representa una escena del sepelio del torero, o el Cristo Crucificado de las Mieles, escultura de Antonio Susillo.


Cuenta la leyenda que cuando el escultor esculpió el Cristo para el cementerio se esmeró enormemente, pues en ese momento se encontraba fuertemente endeudado y esa obra significaba mucho para él. Se dice que al montar la escultura, se dio cuenta de que la había elaborado (se puede ver que un pie está clavado en el madero vertical de la cruz y el otro al staticum de la misma) con las piernas al contrario, y que al contemplar la obra terminada y ver el fallo, se sintió tan angustiado y le afectó tanto que se ahorcó en su estudio. Realmente se pegó un tiro. Era el veintidós de diciembre de 1.896; contaba tan sólo cuarenta y un años. Precisamente el día de mi cumpleaños...

Sus paisanos sevillanos creyeron que el mejor homenaje para aquel hombre era ser enterrado en el centro del cementerio, a los pies del Cristo que había esculpido con tanta pasión. La autoridad eclesiástica puso impedimento, ya que los suicidas no podían ser enterrados en suelo sagrado, pero al final así se hizo. 

Días después de su entierro sucedió algo sorprendente, que muchos visitantes consideraron milagroso: el Cristo lloraba, y no agua salada, como un mortal cualquiera, sino que lloraba miel. Lo que manaba de la boca del Cristo era efectivamente miel de abeja, pero no porque llorara el Hijo de Dios por el escultor, sino porque Susillo había construido la efigie dejando hueco su interior para evitar el excesivo peso, y ese hueco fue aprovechado por un grupo de trabajadoras abejas para instalar su colonia. Así, cuando el calor apretaba y el bronce se calentaba, la miel de los panales se derretía y salía por la boca del Cristo. 



Escultura de Paquirri (obra de Víctor Ochoa) y de Juanita Reina (obra de Luis Sanguino), torero y cantaora...


Escultura de Antonio "El Bailarín".

Antonio El Bailarín (1921-1996), obra del escultor Juan de Ávalos (1911-2006).

El actual conservatorio de Danza de Sevilla es llamado Antonio Ruiz Soler y se encuentra frente al parque de Mª Luisa.

La escultura tiene de base un tablado.


En la iconografía el ángel es el ejecutor de la voluntad divina, del cielo en la tierra, es el que eleva las almas al cielo, un intermediario entre ambos mundos.



Manuel Serrapi "Niño Ricardo" guitarrista.
Sandino es el escultor del monumento.
Mausoleo Juan Vázquez. Sacerdote y compositor del Renacimiento. De Manuel Delgado Brackembury.


Pedro Vega, bailaor.
José Villegas, pintor (la Dogaresa).

Fue tallada en 1926 por G. Amaya, es una de mis favoritas.
José Villegas fue un pintor sevillano muy reconocido en su época pero que pasó al olvido rápidamente tras su muerte. Gran parte de su obra puede visitarse en el Museo de Bellas Artes de la capital gracias a que su esposa Lucia Monty la donó.

Y no pueden faltar las flores en un cementerio... lo típico son los crisantemos, pero abundan otras flores, incluidas las de tela y plástico.

1 comentario:

  1. Antonio Carmona López17 de noviembre de 2013, 19:57

    Las fotos de cementerio que me gustan son en blanco y negro. Yo las hago así. Por eso la foto de las rosas me parece muy buena.

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